AFP


Vientos huracanados en un clima seco y caliente: una combinación perfecta para potenciar los incendios forestales que este jueves se reproducían sin dar tregua a los bomberos en California.

Nuevos incendios en los condados californianos de San Diego y Riverside, en la costa oeste de Estados Unidos, se expandían rápidamente, mientras un pequeño foco en la localidad de Malibú, en las inmediaciones de Los Ángeles, pudo ser neutralizado.

Los bomberos ya predecían "condiciones extremas" para este jueves con los vientos de Santa Ana, cuya escala se mide por colores, que rozaban por primera vez en el máximo púrpura: casi 130 km/h, lo que que equivale a un huracán categoría 1 en la escala Saffir-Simpson.

El incendio de San Diego, bautizado Lilac Fire, arrasó en pocas horas más de 1.200 hectáreas, dejando dos heridos y 20 edificios con daños y sigue fuera de control mientras las autoridades ordenaron evacuaciones y el cierre de vías.

El gobernador de California, Jerry Brown, declaró estado de emergencia en la zona.

El otro fuego que se expande en Riverside, Liberty, ocupa un área de 121 hectáreas, destruyó un inmueble y está contenido en un 10%. También hay órdenes de evacuación.

Un vecino en Murrieta, la ciudad más afectada de la zona, dijo que escuchó la explosión de tanques de propano cuando las llamas alcanzaron casas de esta área rural enterrada en un desierto de California.



Batalla de semanas

El mayor incendio de esta nueva temporada es Thomas, en el condado de Ventura, a una hora de Los Ángeles, que arrasó más de 46.000 hectáreas y está contenido en 5%, según el servicio de bomberos de California (CalFire), que lo combate con 2.500 funcionarios, 12 helicópteros y 471 camiones.

Thomas se extiende unos 16 km entre Santa Paula y el océano Pacífico, y a obligado la evacuación de más de 80.000 personas.

"Hasta que los vientos no paren, no es mucho lo que podemos hacer más allá de controlar el perímetro", dijo el jefe de los bomberos de Ventura, Mark Lorenzen. "Esta es una batalla que vamos a estar peleando probablemente por un par de semanas".

Un cuerpo sin vida fue encontrado en el área del desastre, al tiempo que más de 400 inmuebles quedaron hechos cenizas.

David Karian y sus hijos se pasearon sobre los escombros de lo que era la casa de sus padres: el esqueleto de una lavadora y secadora y el de un auto, parecen ser los únicos recuerdos de lo que alguna vez también llamó hogar.

"Es muy impresionante, mi madre aún no vino, no creo que quiera. Tuvieron esta casa por 35 años, la construyeron ellos mismos", dijo el hombre de 53 años a la AFP.

Los incendios amenazan con extenderse hacia otras ciudades, como Carpintería, en el condado de Santa Bárbara, donde ya se ordenaron evacuaciones.